sábado, 25 de junio de 2011

Macbeth, 1948 de Orson Welles



Se cuenta que Orson Welles rodó Macbeth en 23 días con ínfimo presupuesto.
Dicen que solo tenía 75,000 dollares para realizar su adaptación cinematográfica.

Los críticos censuraron duramente a Welles pero el se felicito por su hazaña, y expreso: “Que no pretendía hacer un gran film". El sabía que expresar esto era algo infrecuente porque todo director, aun cuando rueda "una supuesta estupidez" siempre lo más lógico es pensar, en hacer, y lograr una gran película. Pero el no tenia más dinero que le posibilitara rodar más días, tal vez expresándose así, creyó justificarse.

Después de ver y tener cierta cultura cinematográfica se detectan muchas falencias. Por ej. Welles soluciono su versión con una escenografía rudimentaria, de cartón piedra. Las armaduras, pieles, tarros y coronas son de básica realización como utilería.

Este film evidentemente es muy teatral por la carencia de locaciones y el trabajo fundamentado en determinados escenarios y, sobre todo por la centralizada proyección que Welles se hace protagonizando Macbeth dejando casi nulos a los otros personajes.

La única que se salva de esto es Lady Macbeth. ¡Maravillosa! la actuación de Jeanette Nolan, que traspasa los límites de estar más allá del bien y del mal para quedar instalada en una maldad desquiciante.

A mi entender en cuanto a el guión como versión, Macbeth de Shakespeare es superior a esta versión cinematográfica.

El Macbeth que interpreta Welles, es excelente, nos recuerda a Quinlan y a su Ciudadano Kane. Magistrales actuaciones de Welles para la historia de la actuación en el cine.

En Macbeth, Welles logra una actuación interna, de gran fuerza por su impecable contención.

El vestuario, y maquillaje en la cultura y estética vikinga le otorga fuerza, y visión de ferocidad al personaje.

Este Macbeth según mi punto de vista es el más logrado actoralmente de todos los llevados a la gran pantalla. Al mostrar el carácter fuerte en síntesis universal al deslimite del personaje.

A pesar de las limitaciones del rodaje Welles, entrega una memorable propuesta, que mucho se le agradece para dar a conocer su legado e historia de la tragedia shakesperiana en el cine.

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